martes, 9 de septiembre de 2008

La ética y la necesidad de médicos

Ha sido, y está siendo el debate sobre la necesidad de médicos en el Sistema Nacional de Salud español. Aun lo será durante algunos años. España tiene un gran sistema de formación de médicos en cualquiera de sus etapas, pero es especialmente bueno el sistema de especialización basado en el MIR (Médico Interno Residente).
Pero de unos años a esta parte se ha producido de forma necesaria una disminución en los Licenciados o Graduados en medicina que salen de las Facultades de Medicina. Número que desde hace algunos años es inferior a las plazas para formación sanitaria especializada que se convoca en España, esto lleva a que existan más plazas para realizar la especialidad que licenciados en medicina terminan. Y ya llevamos tres años al menos que están quedando plazas de formación especializada vacantes. Puede parecer impensable en un país que necesita médicos, pero esa es la realidad. Y esto es así porque la oferta y la demanda de médicos está sujeta a variables que tienen influencia a corto, medio y largo plazo.
Estamos en los años posteriores a la descentralización completa de las transferencias en materia sanitaria y esto ha llevado a que 10 Comunidades Autónomas hayan realizado en los pasados 5 años más inversión que en mucho tiempo. Esta inversión se ha realizado con la sana intención política de dotar a las diferentes Comunidades Autónomas de Servicios Regionales de Salud que den respuestas a las necesidades de profesionales. Esto ha coincidido con lo explicado en el párrafo anterior. Ese incremento importante de necesidades de médicos y la disminución en la formación es la que ha dado lugar como causas más importantes a la necesidad de médicos del momento actual.
Pero lo cierto es que además necesitamos médicos de determinadas especialidades, no de todas y en determinados centros sanitarios, no en todos. Por tanto, se pueden adoptar medidas para paliar el déficit de médicos, pero las soluciones son a medio plazo.
Además estamos en un Sistema Nacional de Salud de carácter universal y gratuito en la prestación de servicios, con un incremento de la demanda de atención sanitaria muy grande. Hemos medicalizado muchos actos, más de lo deseable. Tanto que ahora estamos más preocupados por la seguridad clínica ante esas actuaciones que podrían evitarse, pero que ante la medicalización de la sociedad se realizan.
Esto nos lleva a necesitar cada vez más médicos, en una espiral que es conveniente racionalizar. Ya que decisiones en este sentido influyen sobre el resto de las políticas que influyen también en la sociedad.
Desde un tiempo a esta parte, se ha propuesto la solución de ir a buscar médicos a otros países, generalmente con un nivel de desarrollo inferior al nuestro. Si esta tendencia se generaliza debemos también pensar en el detrimento de "especialistas" que estamos provocando los países desarrollados con respecto a los que están en vía de desarrollo. Y es ahí donde se hace necesario una mirada desde la ética, donde se deben extremar las medidas de gestión de los recursos humanos en todo el Sistema Nacional de Salud de los países desarrollados. Y educar a la población para hacer un uso razonable de los servicios sanitarios, eso nos daría las necesidades más reales de médicos. Pero además debemos realizar un gran esfuerzo en todo el país por tener un verdadero registro de profesionales que nos permita disponer de una herramienta de planificación y de distribución de recursos.
Entonces estaremos más seguros de las necesidades y podremos racionalizar nuestras necesidades y de recurrir a recursos humanos de otros países la mayoría en países en vías de desarrollo influirá lo menos posible en generar un impacto menor en la falta de médicos en países cuyos indicadores de salud son bastante peores que los nuestros.
Esto no es negarse a un mundo globalizado (no se le pueden poner puertas al campo), tampoco es renunciar a la movilidad de médicos de unos países a otros, pero si es actuar con elementos de planificación y de gestión adecuados. Pero además basando nuestras decisiones en la ética.

José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

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