lunes, 1 de septiembre de 2008

¿Innovador en sanidad o emprendedor social?

Uno de los campos en los que más se innova es en todo el ámbito de las Ciencias de la Salud y más concretamente en la medicina. Dentro de estas innovaciones, es dentro de los fármacos donde más innovaciones se producen. Pero hay que hablar de innovaciones entrecomilladas. Ya que de la inversión que se hace principalmente por la industria farmacéutica en la innovación, solamente un porcentaje muy bajo acaba siendo de verdad un producto innovador, la inmensa mayoría solamente aportan unos pocos beneficios muy colaterales en el tratamiento de los problemas de salud. Pero mi intención no es hacer una crítica en este sentido, se entiende que de todos los fondos destinados a la investigación, solamente una parte de ellos de lugar a una serie de innovaciones reales.
No obstante, si me gustaría reflexionar sobre lo que yo denomino "innovación teledirigida" esto se refiere a producir innovación en terrenos que no son prioridad dentro de las ciencias de la salud para los ciudadanos, pero que tras obtener resultados en la investigación, el promotor o promotores se dedican a hacer una verdadera campaña de marquetin para hacer esa innovación prioritaria para la población. Es decir a través de las técnicas de mercado, hacemos de, por ejemplo, una etapa de nuestra vida que la población lo convierta en un problema de salud y a continuación se propongan un medicamento o cualquier otra técnica para su tratamiento.
Esta "innovación teledirigida" en realidad no era prioritaria, pero nuestra sociedad es tremendamente sugestionable y es muy sensible a convertir cualquier estado en enfermedad por muy normal que sea. Es fácil medicalizar las situaciones normales de nuestra vida, nuestras etapas de ciclo vital por las que atravesamos. Hemos convertido a la vejez en un problema de salud, al embarazo vamos en el camino de hacerlo, la menopausia la hemos medicalizado y así podríamos seguir. Eso no significa que esas etapas no presenten más riesgos para la salud y haya que realizar más controles sanitarios, pero no son enfermedades en si mismas.
Esto es tremendamente perverso, ya que los escasos fondos tanto públicos como privados pueden verse desviados en determinadas circunstancias en la financiación de proyectos que conduzcan a estas "innovaciones teledirigidas". Con el detrimento de la financiación de la verdadera innovación.
Ante esta situación y zozobra cobra cada vez más protagonismo el concepto de emprendeduría social, como esa innovación, creación y aplicación a la sociedad de soluciones a los problemas reales de la sociedad. Esa música me gusta y prefiero a los emprendedores sociales más que a los innovadores en sanidad.

José María Vergeles Blanca
Médico de Familia

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