sábado, 18 de agosto de 2007

Ciudadanía, Sociedad, Valores y Ética

Asistimos una vez más desde la ciudadanía a diferentes puntos de vista sobre valores, ética y religión, que acabará afectándonos, y lo hacemos como espectadores. Dos ámbitos de toma de decisiones como son la política y la religión que nos afectan como ciudadanos. El tema es aún de mayor calado, si pensamos que lo que finalmente se decida, o la perseverancia en posturas encontradas repercutirá de una u otra forma en la formación de los más jóvenes, del presente y el futuro de nuestra sociedad.
Asistimos en la mayoría de ocasiones en la prensa como se habla de valores, de la asignatura de educación para la ciudadanía, de la religión en las aulas, de colegios privados concertados, de cómo según las ideologías políticas se toman una decisión u otra.
No soy experto en la materia, pero sé que me siento europeo, conozco lo adecuado que ha sido este proceso en otros países de nuestro entorno. Conozco las recomendaciones de las instituciones europeas y conozco lo que intentan hacer cada día sin estar aun implantada esa asignatura los profesores o maestros en nuestros colegios. ¿Qué pensamos que la educación que realizan los maestros no está impregnada de los contenidos a los que se pretende dar carta de naturaleza?, lo hacen a diario con las niñas y niños. Conozco como la sociedad ha hecho desgraciadamente, que en algunas ocasiones, más de las que desearíamos, lo que el maestro o profesor se ha encargado de enseñar al alumno se ve contrapuesto con lo que por prisas hacen en la práctica los adultos, padres, amigos,…que están alrededor del niño. Por ejemplo, no es raro que tras la formación en seguridad vial, en el coche en el que se ha ido a recoger, el adulto reciba una llamada al móvil y lo coja, o con las prisas evite pararse en un paso de cebra, y así se pueden encontrar más de un ejemplo.
Creo profundamente en la sociedad española, creo que vivimos en un gran país, creo que somos capaces desde la sociedad y la ciudadanía de respetar las desigualdades y que nos hacen grande en su conjunto, y eso lo hacemos mayoritariamente. Así se ha puesto de manifiesto en las diferentes ocasiones en las que hemos tenido de demostrarlo, bien en el ámbito político, de la solidaridad o en cualquier otro. Por ello creo que somos un gran país.
Tras la promulgación de nuestra Constitución Española hemos vivido en convivencia y hemos respetado todas las corrientes religiosas en un país aconfesional. Política y Religión, ambas con mayúsculas han convivido de forma ejemplar y han permitido una toma de decisiones libre de los ciudadanos.
Y ahora se nos pone en una encrucijada hablándonos de los valores, de la ética y de la moral. Y pretenden convencernos de una determinada postura.
Ante esto mi opinión es que apliquemos la literalidad de la Constitución, bajo ese prisma asumamos una metodología para abordar los problemas o dilemas éticos, de valores que se plantean en una sociedad cada vez afortunadamente más compleja, a utilizar los elementos democráticos en un estado de derecho, que aprendamos a utilizar de forma adecuada las instituciones, que elijamos en libertad, que aprendamos a vivir y a convivir en paz, que aprendamos el respeto, donde están nuestros derechos, pero también nuestros deberes como ciudadanos. Pero no una formación teórica, una formación integral e integrada en la sociedad, la legislación y la voluntad del legislador en materia educativa nos ha puesto la oportunidad delante de nosotros. Esto es un error pretender que esta formación es sólo de los profesores, de los colegios, de los padres en exclusiva, o de una determinada religión. El concepto de formación o educación integral la conforman muchos elementos, de los que todos somos responsables tengamos o no hijos, es poner en práctica como modelos de ejemplo a nuestros niños y jóvenes. Y una vez asumida esa metodología de abordar el modelo de ciudadanía, de sociedad en un estado democrático y de discusión caben todas las sensibilidades, las ideologías políticas, las religiosas… No nos obliguen como ciudadanos a decantarnos por algo, permítanos a los ciudadanos elegir libremente y conscientemente nuestra forma de vivir, de vivir en sociedad de la forma más adecuada posible. En este sentido el Gobierno ha hecho muchos esfuerzos por hacer entender ésto, ha hecho un gran esfuerzo en aunar voluntades frente a esto. Si nos queda alguna duda, podríamos hacer uso de la definición del “yo” que hace el psicólogo William James, entre el “yo espiritual”, el “yo social” y el “yo material”.
Y sobretodo, velemos por la formación de nuestros niños y jóvenes. ¡Qué maravillosa es la definición de la ética y de la moral!, les recomiendo a los lectores que no lo hayan hecho que la miren en el diccionario. Y en cambio en este país hubo una época en la que yo me formé, que si elegía ética en el colegio era poco menos que antirreligioso, idea equivocada aquella, tremendamente equivocada. Me apena, creo sinceramente que en toda nuestra etapa formativa hay tiempo para enseñar el concepto más claro de lo que es la sociedad, de lo que son los valores, de lo que es la ética y la moral. Creo que también hay tiempo para decantarse por una opción política y por unas creencias. Pero en la base de todo está el ciudadano.
Me niego a que alguien en concreto, sea una opción religiosa, sea una opción política determinada se haga propietario de algo que me pertenece y me pertenecerá. Las definiciones de ética, de valor y de moral hablan de mí como propietario de ellas, como hablan de ellas como propiedad de todos ustedes, hablan de lo que supone el formarse y cultivarlas. Y como ciudadano me gustaría seguir teniendo esa propiedad, seguir ejerciendo mí libertad para elegir en un país libre y seguir teniendo la capacidad de demostrar al resto de la sociedad donde vivo, que vivo de acuerdo a unos valores, a una ética de vida y a una moral que no colisiona en absoluto con sus derechos, que no colisiona con sus valores y que ambos nos entendemos. Por ello, me parecen desafortunadas las declaraciones de la Conferencia Episcopal cuando nos hace elegir, cuando al plantear la elección distorsiona una información en la que todos debemos arrimar el hombro.
En nuestra Comunidad Autónoma que está llena de esos valores que forman esa característica fundamental de Extremadura donde da gusto vivir y convivir, donde nos hace atractivos para vivir en esta Región y hace que podamos exportar al resto del mundo esa característica tiene que ser verdad.
Afortunadamente tenemos dirigentes y representantes políticos que entienden la política en su mejor versión, con mayúsculas. Tenemos facilitadotes de cada una de las religiones en nuestra sociedad que entienden también de la mejor forma estos temas, y sinceramente espero mucho de ellos. Confío en ellos, pero al mismo tiempo les pido respeto por lo que me pertenece a mi como al resto de los ciudadanos, y me pertenecen los valores, me pertenece mi ética y me pertenece mi moral. Después en un estado de derecho y en base a mis creencias, de mi ideología existen fórmulas de proporcionarme los elementos necesarios para que cada día sea mejor persona, para que cada día conviva mejor y ahí es donde se crece en ellos dentro de una religión concreta o una ideología política concreta pero cuando sea adulto, cuando sea capaz de elegir.

José María Vergeles Blanca
médico de familia

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