jueves, 21 de febrero de 2008

Los cuidados paliativos afectados

Recientemente hemos conocido la sentencia que elimina la malapraxis de lo ocurrido en el Hospital Severo Ochoa de Leganes (Madrid).
Deseo expresar mi reconocimiento desde el principio a unos profesionales que han actuado de forma correcta y que han sido apartados de sus responsabilidades y que han sido sometidos a juicios paralelos expuestos a ellos por unos políticos de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Deseo expresar también, mi reconocimiento a todas las familias y los pacientes de estos médicos que a través de la información que les proporcionaron decidieron una vida más libre de síntomas para ellos o para sus familiares. Su decisión fue seguro acertada y Lamela y otros políticos los han sometido también al juicio público.
Mi consideración también van para todos los médicos y pacientes del Hospital Severo Ochoa de Leganes, que durante todo este tiempo hasta que hemos tenido la noticia de la sentencia, han tenido que decidir utilizar lo que la ciencia pone a su disposición y que son los Cuidados Paliativos, en los momentos finales de la vida. Supongo, poniéndose en su piel que la decisión en el punto 0 del atentado a los Cuidados Paliativos en general por parte de unos políticos.
Hablo de Atentado a los Cuidados Paliativos, porque es lo que me parece el comportamiento del Sr. Lamela y del resto de políticos que han propiciado que hoy la sedación terminal, que tiene sus indicaciones, se haya teñido de un tinte de sospecha.
Pero no contentos con lo que ya han hecho han sido contumaces en su atentado contra los Cuidados Paliativos, que ante las preguntas de los periodistas ante la sentencia, han abierto aun más la herida que les habían propinado a los cuidados paliativos.
No voy a caer en el comentario fácil de si estos políticos sin ningún respeto por la ciencia y la ética optarían por la sedación terminal si se ven en una situación como aquellas que criticaron. Sería fácil, pero además como tenemos más respeto a la ética y a la ciencia lo entenderíamos ante el sufrimiento.
Falta de respeto que se vió acrecentada por una profunda falta de conocimiento y grandes dosis de utilizar la política con minúsculas.
Espero, sinceramente que nunca más se produzca un hecho como éste.
José María Vergeles Blanca

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